¿Quién no ha soñado con publicar una novela? Escribirla no es tan difícil, tenerla en papel, en tus manos, es toda una odisea. Hay muchas razones para no publicar tu libro. Es curioso, al escribir este artículo pregunté a algunos escritores y me dieron todavía más motivos de los que puedes leer en este artículo. Desde que ya hubiese una novela igual (punto por punto) hasta que no quedase nadie sobre la faz de la tierra.
Pero estos son los míos. Los obstáculos que se interponen en mi objetivo de tener una novela publicada. Los repaso una y otra vez en mi mente, le pongo solución a los problemas, surgen otros nuevos, vuelta a empezar. Así es la compleja mente de un escritor novel.
1. Es mucho trabajo
Si crees que escribir un borrador es mucho trabajo, espera a terminarlo. Entonces sabrás que la fama cuesta, y es entonces cuando deberás empezar a pagar, con sudor. Escribí mi borrador en un mes gracias al Nanowrimo. Creo que soy una escritora marathoniana. Y eso que la única carrera en la que he participado y terminé fue de 5 kilómetros. Casi la última, pero lo hice. A cabezona no me gana nadie.
A lo que vamos, después de terminar esa gran y soberana mierda viene lo bueno. Y eso es reescribir todo lo que ya tienes. Sé de escritores que pulen su trabajo en el proceso de borrador, que repasan cada última sesión, que corrigen sobre la marcha. Pero no es mi caso. No sé, pero yo estoy tardando la misma vida en esta fase. Muchísimo esfuerzo y tiempo. Luego viene la maquetación, la portada, la promoción en redes sociales, la publicación… Tiempo, tiempo, tiempo y más tiempo. Trabajo, trabajo, trabajo y más trabajo.
Sientes que no puedes más y te preguntas la gran cuestión: ¿merece la pena? ¿sería mejor no publicar tu libro?
Solución: Si no quieres emplear tiempo en trabajar con todo lo que rodea a la publicación de tu novela, solo te quedará pagar a alguien para que lo haga por ti. Casi todo menos escribir (aunque para esto también hay lo que se denominan negros, pero eso es otra historia). Busca buenos profesionales, pide presupuesto y consigue el dinero. Si eres pobre y vago olvídate de ser escritor emprendedor.
2. Es mucho dinero
Este punto es el antagonista del anterior, no exactamente pero casi. Si tienes dinero todo el trabajo y el tiempo se reduce bastante. Puedes contratar un maquetador, portadista, comunity mannager… Seamos realistas: si estás leyendo esto posiblemente seas una escritora muerta de hambre y ni te planteas poder pagar por estos servicios. ¿Entonces no vas a publicar tu libro? Cuanto menos dinero tengas, más tendrás que aprender y más tiempo emplearás en poner en práctica tus nuevos conocimientos. Y habrá cosas que puedas hacer tu misma, pero otras ni de lejos.
En mi caso necesito sí, sí o también una correctora profesional. Y eso conlleva dinero.
Solución: Cuando busques a profesionales pide referencias, lo barato sale caro y hay que pagar el tiempo de los demás al nivel que se merecen. Partiendo de esta base, puedes intercambiar servicios por servicios, el trueque de toda la vida. Otra solución es montar un Crowndfunding habiendo calculado de antemano los gastos que te llevará la publicación de tu libro. Hay más opciones de conseguir dinero, pero nos quedaremos con las legales, de momento.
3. Nadie va a leerme
Lo pienso muchas veces, ¿y si nadie me lee? Y luego intento imaginarme el peor de los escenarios posibles. Digo yo que el Sr. B y mis hermanos lo harán. Por suerte tengo tres, así que ya son cuatro personas. Contando que a la correctora no le queda otra ya suman cinco. Habrá libros que hayan sido leídos por menos gente. Puedo decir que esta es la peor de mis pesadillas. Porque entiendo que después de leer mi libro te puede gustar o no, pero si nadie lo lee… Uffffffffffff… Terror absoluto.
Luego me tranquilizo y pienso que hay gente que lee mi blog, que sigue mis redes sociales, si he trabajado bien mi público objetivo y hago una buena estrategia de ventas puede salir bien. ¿Y si sale mal? Siempre me queda el Sr. B y mis hermanos. Aunque, al no ser mi público objetivo, dudo mucho que sus críticas sean buenas.
Solución: Haz todo lo que esté en tu mano por dar a conocer tu libro. Es algo que no se hace de un día para otro: tener un blog, programar redes sociales, establecer una estrategia de venta, tener un nicho de subscriptores, etc. Trabaja todo lo posible para que tu libro esté cuidado: correctora profesional, bonita portada, buena maquetación… Y si no siempre puedes regalar tu libro a otros escritores para que te lean (pagarles ya sería demasiado, pero no se descarta).
4. No soy lo bastante buena
Este punto está intrínsecamente relacionado con el anterior. Piensas que nadie va a leerte porque no eres lo bastante buena. Te voy a decir un secreto: si eres como yo, nunca creerás serlo. Y no vas a publicar tu libro. Tenemos que dejar de creer esa mentira. Una cosa es ser realista y otra menospreciarse. Hace poco hice un ejercicio en el que había que puntuar del 1 al 5 mis puntos fuertes. No use el 5 para nada. Cuando me preguntaron dije que para mi el 5 era la perfección, que no podía ponerlo. ¿Cuándo tendrás el 5? Nunca, respondí. ¡Error!
Nunca seré perfecta, pero puedo hacerlo muy bien. Mejor aún, puedo hacerlo lo mejor que sepa, aprender de lo que no y admitir que la publicación de mi libro no será perfecta. Y vivir con ello.
Solución: Haz lo que puedas y olvida la perfección. Si crees que tienes carencias, aprende o paga a otras personas para que hagan lo que tu no sabes o no puedes hacer. No eres una escritora superwoman. Pide ayuda y acepta ayuda.
5. No podré enfrentarme a las críticas
Quiero creer que soy una persona que acepta bien las críticas, siempre que sean constructivas. Entiendo que a todo el mundo no le guste mi libro. Hasta hay gente que odia los libros de Stephen King. Yo misma odio alguno (lo siento, espero que nunca leas esto, espero tener la oportunidad de conocerte algún día). Lo que llevo mal son los troll y seguro que habrá alguno esperando saltar su frustración en mi contra. Decir que hay que ignorarlos es fácil, hacerlo difícil.
Pero las criticas constructivas son geniales, te ayudan a hacerlo mejor, te hacen ver cosas en las que no habías caido, te dan la oportunidad de crecer y aprender. Tal vez duelan, aún no lo sé. De momento la corrección de mi novela está siendo brutal, con muchos cambios y me los tomo bien: estoy aprendiendo. Esto lo digo ahora, ya veremos cuando vea una opinión de una estrella en Amazon. Aunque eso será porque alguien me ha leído, no creo que el Sr. B o mis hermanos fuesen capaces de hacerme algo así. No estoy segura.
Solución: Tu libro va a pasar por varias manos. Primero los lectores 0. Son esas personitas que leen amablemente tu libro antes de que llegue al corrector. Ellos te dirán si lo que has escrito es tan mierda que debes empezar de nuevo, o que tienes que cambiar esto o lo otro. Luego pasará por la correctora, que te corregirá y si ve barbaridades te lo dirá. Pero todavía te queda la opción de pasar tu libro por una lectura profesional, que te detallará los puntos fuertes y flacos. Cuesta dinero, pero ahorra lágrimas.
6. No voy a hacerme rica
Lo más seguro que no, pero nadie conoce el futuro. Con el suficiente dinero y determinación, aunque seas el peor escritor del mundo, todo es posible. Seguro que Stephen King, cuando no tenía ni un dolar para comprar medicamentos para su hijo, no esperaba recibir su primer cheque por Carrie. Ni J.K. Rolling, sentada en una cafetería, escribía Harry Potter sin saber que en el futuro nadaría entre fardos de dinero.
Solución: Piensa cual es el objetivo para publicar. Si es vivir de ello a lo mejor deberías buscar otro motivo… u otro trabajo. Poca gente vive de la escritura como tal, pero si de los productos derivados (cursos, charlas, formación,…). Vive de otras cosas y saca lo máximo posible con tus novelas.
7. Lo que he escrito es una mierda
Me refiero a que no es que TU CREAS que es una mierda, es que sea realmente una mierda. Esto creo que no me va a pasar porque si fuese una mierda me lo dirían los lectores 0 y la correctora, en cuyo caso no lo publicaría hasta modificar todo lo que está mal. O me tiraría por un puente y mi libro se convertiría en un bestseller tras mi muerte. Es otra opción.
Pero si publicas siendo consciente de que has escrito una mierda no tiene sentido.
Solución: Averigua por qué es una mierda y solucionalo antes de publicar. ¿Escribes mal? ¿Tienes un problema con la estructura? ¿Tus personajes no tienen personalidad? A lo mejor necesitas más formación. Apúntate a un grupo de novela, haz un coaching de escritura, lee libros, practica… Piensa en no publicar tu libro si sabes con seguridad que es una mierda. Nunca, nunca, nunca. Y si lo haces apechuga con las consecuencias.
Escribir este artículo me vale para poner mis miedos en papel, para ser consciente de por qué no publicar mi novela y para saber que puedo vencerlos, si quiero, si puedo.
¿Has pensado alguna en alguna de estas razones? ¿Se te olvidan o te torturan? Aquí están las mías, ¿me cuentas tus razones para no publicar tu novela?
Las fotografías de este artículo pertenecen a esta serie: Mr. Mercedes es la adaptación del primer libro, de una serie de tres, de Stephen King. Trata el caso de un policía retirado que se ve envuelto en la resolución de un crimen, de un asesino un tanto peculiar.
Por qué verla: Porque es una buena adaptación del libro de Stephen King, y no hay muchas. El actor principal es increíble, así como el resto del elenco principal. Es muy King, ocurren cosas que sabes que son parte de sus libros. Muy buena serie, no la dejes escapar.
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Te diré otra razón:
Miedo al éxito, miedo a soltar a tu bebé, miedo al vacío (¿y ahora qué?). Miedo a no estar a la altura de las expectativas. Miedo al cambio, miedo a la exposición pública y con ello, a las críticas.
La escritura en sí misma te evade y te da satisfacciones personales, porque dentro de tu mundo creador eres feliz. El problema viene luego, cuando piensas: quiero que me lean. Y no sólo tu familia y amigos sino también un público objetivo.
Y no, no te leerán simplemente por poner gratis tu obra en alguna plataforma. Los «compradores de a 0,99 o gratis» son compradores de ofertas no de lecturas, por lo que aunque hayan dado click a la pantalla donde tu libro está anunciado… lo más probable es que nunca lo lean y ni tan si quiera lo comenten.
Luego compruebas a base de estudio y de acercarte a la realidad, que hoy en día la lectura está muerta. Sólo hay modas. Compradores de marcas no de escritores y obras. Te desalienta que siendo desconocido y no un personaje con millones de seguidores, las editoriales tiendan a proteger su negocio diciéndote justamente que no pueden publicarte porque eres un riesgo. Pero un riego…¿en qué sentido? Si hoy en día, prácticamente, lo único que ofrece la editorial al escritor es el nombre, puesto que lo que verdaderamente cuenta, la promoción, va del bolsillo del autor y las editoriales se pueden ahorrar los riesgos de imprimir montones de ejemplares acogiéndose a la impresión bajo demanda y , sobre todo, dejando de pensar como en el siglo pasado.
Cuando el escritor, desesperado, se vuelve indi. Comprueba con tristeza que cada dos por tres tiene que estar regalando su libro para conseguir «las famosas reseñas», que los boletines de suscripción la mayoría sólo dan publicidad a libros gratis o a 0,99 y que se ve en las mismas: con muchas descargas, sin ningún «verdadero» lector, con deudas y sin ninguna ganancia (porque hasta hay que pagar a los boletines para que te anuncien libros que estás ofertando ¡GRATIS! ¡Esto es increíble y absurdo!)
«Otros lo han conseguido» te dirán. Otros tienen un presupuesto de marketing y publicidad que no todos tienen. Puede haber casos muy excepcionales, pero son el 0.01 por ciento. Porque hay que ser realistas: el secreto no dicho de muchos autores independientes «con cierta fama», que no dicen a los ilusionados noveles, es que para destacar y obtener beneficios hay que invertir.
El novel se preguntará: ¿y que pasa con los seguidores de las redes sociales, con hacer contacto aquí y allí? Las redes sociales, sirven para crear lazos, amistad, para mantener el contacto con los que ya son tus lectores, pero no para encontrar lectores ni suscriptores: si les hablas de tu libro, aparte de tratarte como spamer, saldrán corriendo (salvo que seas un raro personaje que de collejas o hable con su trasero, entonces sí es posible que vendas…)
Lo más curioso de todo es que cuando compruebas que para ser «escritor profesional» tienes que invertir tu tiempo y dinero en marketin, publicidad y estudio (porque sí mis queridos noveles, entre los que también me incluyo, hay que estudiar: programación, marketin, publicidad, derecho, administración y dirección de tu pequeño negocio, idiomas, mercados, estadísticas, investigar constantemente en redes,etc)… te acabas desanimando.
Cuando después de perder parte de tu tiempo y de tu libertad en todos estos estudios e inversiones tienes éxito: LLEGA LA EDITORIAL.
Y en esos momentos te dan ganas de… Bueno, de mandarlos a la India. «¿Y ahora para qué os quiero? ¿Para tener un libro impreso y que todo lo que haya ganado con dinero y esfuerzo lo pierda de un plumazo por cederos los derechos digitales para todo el mundo sólo por ver el libro en una librería? » El mismo libro que las librerías pueden pedir en impresión bajo demanda según qué editoriales de autopublicación.
La verdad es que después de lidiar con editoriales piratas, invertir tu tiempo y tu dinero, recibir un montón de «no encajas con nuestra línea editorial» y pasar los doce trabajos de Hércules… es lógico que te preguntes: «¿Y yo para qué quiero todo esto?» «¿Qué he ganado?» «¿De qué me ha servido?» Ahora he ganado en vanidad pero… ¿soy más feliz cuando he vivido esclavizado entre estudio, marketing y escribir? ¿Cuánto tiempo mi obsesión de publicar y que me lean le ha quitado al disfrute de mi propia vida?
Así que escribir no es que nos merezca la pena a los escritores actuales, es que somos adictos y, como tales, aunque nos dañemos en el proceso, tenemos que hacerlo.
Un comentario fabuloso, Ana. Pura lucidez… Enhorabuena.
Seguramente tendrás razón en muchas o en todas las cosas que dices, pero cuando tienes algo en la cabeza que bulle, en lo último que piensas es en el trabajo que te va a llevar ponerlo en el papel porque el tiempo no existe, solo el ferviente deseo de poder decir, «he conseguido decir lo que quería» y si tienes algo que decir, es casi seguro que no será una mierda, y si lo es, es muy posible que si crees en ella, termine siendo un gran éxito, porque el mundo está lleno de necios y de ciegos que no verían una mierda aunque les pusieran delante un gran éxito. Inspiración es lo único que se me ocurre desearte y deseo.
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No sé, yo creo que si uno no tiene la convicción de poder estar a la altura de, pongamos por caso, un Shakespeare, un Quevedo…, ¿para qué publicar? ¿Para qué pensar siquiera en intentarlo? Para mí no se trata de tener lectores; algunos escritores que en mi opinión son infames tienen muchos lectores. Mi peor pesadilla es escribir mal, o tener lectores a pesar de escribir mal. No, mejor embridar el ego y no publicar porque dudo mucho que yo llegue al nivel de los genios. Y como decía una profesora que tuve en la universidad: «en el arte solo importan los genios». No los que más venden ni los más simpáticos, sino los genios. Y digo embridar el ego porque todos tenemos esa necesidad de ser leídos; pero conviene decirse a uno mismo: «¿a dónde vas, tío presumido? Si no llegas ni al talón de los mejores…» Es todo un asunto de presunción, de vanidad, de querer llamar la atención con nuestros textos.
Pero, bueno, hablo de mis miedos; quien tenga más seguridad, que tire pa’lante. Y, por otro lado, si todos hubiesen tenido esta inseguridad, entonces no habríamos podido disfrutar de un Quevedo ni de un Shakespeare, etcétera. Aunque yo pienso que la inseguridad es evidencia de falta de talento. Pienso que los genios nunca dudan de su talento porque su genialidad les permite darse cuenta de que poseen talento.
En fin, no sé. Saludos.
Me ha parecido una entrada muy interesante. Sin embargo, debo de decir que hay algunas faltas ortográficas; la más abundante el pronombre “tú” sin tilde (y debería de llevarla).