En esta cuarta entrega de la serie los escritores con tablas responderán las dudas de escritores noveles sobre publicación.
Creo que publicar es un objetivo que puede tener, o no, un escritor. A lo mejor solo escribes para divertirte y ese es tu objetivo. No es nada malo. Pero a mí, en este momento en el que me encuentro, mi objetivo es publicar mi primer libro. Y en ello estoy. Por eso creo que os será de gran ayuda estas dudas de escritores noveles sobre publicación.
Aquí tenéis los otros artículos de la serie:
- Dudas de escritores noveles sobre Motivación.
- Dudas de escritores noveles sobre Escritura.
- Dudas de escritores noveles sobre Publicación.
- Dudas de escritores noveles sobre Promoción y legalidad.
6 Dudas de escritores noveles sobre PUBLICACIÓN, respondidas por escritores con tablas
Creo que debe ser de lo más frustrante terminar tu primer libro con toda la ilusión del mundo, mandarlo a editoriales y recibir el vacío como respuesta. No sé vosotros, pero yo llevo particularmente mal el rechazo. Por eso tal vez, y de forma equivocada o no, pretendo autopublicar mi primer libro. También porque soy una controladora nata, y aunque intento mejorar, me gustaría pasar por todo el proceso para que quede como a mi me gusta.
Así que espero que esta entrada resuelva nuestras dudas de escritores noveles sobre publicación y, sobre todo, nos permita seguir adelante.
"¿Qué es lo que hiciste para no perder la esperanza de publicar?" (Jess Castro)
Esta respuesta es fácil: escribir (y leer, claro). En mi razonamiento, si recibía un «no» de una editorial, era simplemente porque, o bien no había entendido la línea de la editorial donde había enviado el manuscrito y, por tanto, había sido error mío enviarlo ahí, o bien mi manuscrito no tenía la calidad suficiente para ser publicado. Pensar en conspiraciones, que solo publican los mismos, que el mercado está cerrado… todos esos eran pensamientos que ocupaban demasiado espacio en mi cerebro y que, la verdad, si existían poco podía hacer yo para solucionarlos. Porque a mí lo que me gusta es escribir y, por tanto, lo que no iba a hacer era empañar lo que más me gustaba con pensamientos que lo único que hacían era ennegrecer la cuestión. Si no publicaba era porque todavía estaba verde o porque lo que yo escribía, simplemente, no encajaba en el momento literario y tenía que esperar, tenía también que seguir leyendo para disfrutar y aprender y tenía que hacer autocrítica severa (pero no de la de tirarme piedras, sino la de comprender en qué me equivocaba. Y solucionarlo).
Reconozco que tuve suerte, después de un año y medio de terminar mi novela y enviarla a editoriales, le gustó a mi agente literario y firmamos un contrato que mantenemos hasta ahora. Eso fue en el 2007. ¿Sabéis cuándo se publicó esa novela? En el 2013. ¿Por qué? Entre otras razones, porque su momento literario no había llegado aún. Es cierto que en el 2010 publiqué mi primera novela (que era la cuarta que escribía) y la siguiente la publiqué en el 2011 (que fue la segunda que escribí). Y gracias a mi agente, claro. Pero ¿sabéis qué descubrí en el 2010 cuando salió a la venta «Ne obliviscaris»? Que publicar no te cambia la vida. Eres el mismo. No tienen nada que ver la literatura o, mejor dicho, la escritura con la vida literaria, con la publicación. Son dos cosas distintas que llevan procesos distintos y que, además, la una no tiene por qué ser la conclusión de la otra.
La obsesión por la publicación no nos mejora como escritores ni hace que evolucionemos. Es más, puede que nos quite el placer de la escritura y que desdibuje nuestro perfil. No hay que publicar todo lo que escribimos porque no todo lo que escribimos es publicable, no hay que tener prisa y, sobre todo, hay que tener muy claro cómo quieres que sea tu carrera literaria y qué es lo que quieres que el público use (tus libros) para definirte como escritor. Un patinazo a destiempo (publicar algo de lo que en dos años no te sientas orgulloso), además, puede ensombrecer una carrera literaria y es de lo peor que, como escritor, te puede suceder.
"En el panorama actual... ¿Es realista enviar un manuscrito a una editorial grande siendo novel / poco conocido?" (Veronica CR)
No. Si hace años no leían manuscritos no solicitados (ni siquiera los reciben) hoy en día es misión imposible. Desde mi punto de vista para llegar a una gran editorial tienes dos vías: 1. Participar en un concurso literario promovido por una editorial. 2. Autopublicar tu obra y tener éxito. Las grandes editoriales están creando sus propias plataformas de autopublicación, y esa es su puerta de entrada a los escritores noveles.
"¿Cuántos Noes a nivel editorial recibieron tus textos antes de tu primer SÍ?" (Aritz Pérez Berra)
Mi primer libro lo aceptó la primera editorial a la que se lo mandé. El segundo recibió al menos una docena de rechazos entre noes, silencios administrativos y respuestas al estilo de «es una novela que nos ha gustado y está muy bien resuelta, pero no la vemos en nuestro catálogo». Y mi tercer libro fue un encargo de la editorial. ¿Por qué he planteado de este modo mi respuesta? Porque, aunque es cierto que una vez empiezas a trabajar con una editorial tienes mucha más facilidad para seguir publicando con ellos, cada proyecto es único. Más aún si trabajas géneros con pocos lectores (en mi caso hago principalmente humor fantástico) o quieres dar un giro radical a tu carrera. Mi consejo sería que no te preocuparas por el número de rechazos. Ten en cuenta que un libro no sólo puede ser rechazado por su calidad, sino que también puede ser rechazado por ser poco comercial o por no estar bien alineado con el catálogo de la editorial de turno. Si crees en un proyecto, trabaja duro en él y no te rindas nunca.
"¿Compensa autopublicar con esas empresas que te piden dinero?" (Silvia Martinez Marcos)
NO. Esas empresas no suelen preocuparse de ofrecer unos servicios de calidad y buscan ahorrar el dinero que tú podrías gastarte por tu lado. Al fin y al cabo: ellos ganan dinero por hacer de intermediarios en algo que podrías hacer tú solo.
Dejando de lado que hay muchas «editoriales» de autoedición que buscan engañar al escritor y sacarle los cuartos, tú puedes obtener mejores resultados a mejor precio si contratas al maquetador/corrector/ilustrador por tu cuenta. Además, ganas un control absoluto sobre cada parte de tu obra.
Y por si fuera poco, una empresa de autoedición no va a hacer lo más importante de todo, que es promocionar la obra. Eso sigue corriendo a cargo del escritor.
Así que, aunque encuentres alguna empresa de autoedición que sí haga un trabajo excelente en sus labores y no escatime en gastos para lucrarse, siempre te saldrá más a cuenta controlar tú el proceso entero.
"Hoy por hoy, y según está el mercado editorial, cualquiera puede publicar un libro en alguna de las plataformas más que conocidas. ¿Piensan que deberían tener estas plataformas filtros de calidad de la obra mínimos? ¿Se está engañando a los lectores con campañas de marketing de verdaderos fiascos de novelas? ¿Si por ejemplo para editar un libro hubiera que colegiarse como autor con un coste de, por ejemplo 500€ de forma que el autor tuviera que hacer el esfuerzo económico apostando por su obra... ¿Habría tanto escritor como hay?¿Y se regalarían tantos libros a precios de risa?" (Luis Manuel Zorrilla)
Estimado Luis Manuel.
Para empezar, creo que deberíamos aclarar conceptos.
Planteas si las plataformas de autoedición (o eso entiendo de tu pregunta) deberían tener filtro, pero a continuación cuestionas si se está engañando a los lectores con campañas de marketing de verdaderos fiascos.
Los que están haciendo esto último son las grandes editoriales, por una cuestión muy sencilla. Un escritor autopublicado no tiene recursos para hacer grandes campañas de marketing. Sin embargo las grandes editoriales están publicando libros de calidad literaria muy cuestionable a los que han dedicado grandes campañas de promoción (véanse After, 50 sobras de Grey…).
Actualmente, las editoriales, por lo general, apuestan poco, y sobre todo se basan en criterios de rentabilidad económica, por lo que publicarían o darían premios a las instrucciones de una lavadora si vinieran respaldadas por una gran base de fans y muchas ventas.
Al final, a los libros autoeditados los pone en su sitio el mercado, si le gustan al público, venden, y si no, da igual el dinero que gaste su autor, que no suele ser mucho, en anuncios.
Lo que planteas sobre colegiarse como autor solo serviría para hacer muy felices a quienes gestionaran dicho colegio, y lo único que garantizaría es que la persona que autoedita tiene capacidad para afrontar esa matrícula, nada más, con lo cual lo único que estarían es eliminando el gran logro de las plataformas de autoedición, democratizar la publicación, convirtiéndolo en algo elitista.
Además, nunca subestimes el esfuerzo económico que un mal escritor es capaz de hacer con tal de satisfacer su ego de autor.
Te pongo el ejemplo de John Kennedy Toole, que se suicidó porque nadie le publicaba La conjura de los necios, y a posteriori su madre se la envió a un periodista, y el libro acabó ganando un premio Pulitzer póstumo.
Si hubiera sido por el «criterio editorial» nos habríamos perdido una de las grandes obras de la literatura contemporánea.
Y respecto a que se regalen libros, te so sorprenderías, pero los autores indie con esos «precios de risa» ganan más dinero por ejemplar de lo que les paga una editorial por un libro que tenga un precio de 20 euros (un 5% del precio de venta sin IVA frente al 70% que pueden llegar a ganar con una plataforma de autopublicación. Haz cuentas).
"¿Cómo empezaste a publicar?" (Vanessa Hernando)
Pues puede decirse que tuve relativa suerte. Terminé mi primera novela en el 2005, la dejé descansar hasta el 2006 mientras iba escribiendo y proyectando otras cosas y, a comienzos del 2007 la di por finalizada y me embarqué a la búsqueda de editorial. Por aquel entonces, el mercado editorial ya estaba saturado, casi podría decirse que parecía que éramos más escritores que lectores. Fue un proceso largo e infructuoso (sobre todo, debido a mi desconocimiento, ya que llamaba a todas las puertas sin darme cuenta de que mi novela era de un género específico para un público específico: una comedia romántica). Entre las puertas que llamé, había de editoriales y de agentes literarios y, de pronto, cuando ya había perdido la esperanza pero había aprendido mucho, recibí la llamada de quien, hasta hoy, sigue siendo mi agente para decirme que estaban interesados en la novela (para que os hagáis una idea, esto sucedió a comienzos del verano; por tanto, no tengáis prisa y sed cautos en los pasos que dais).
Me informé mucho, la verdad. Porque no tenía muy claro cuál era la relación entre agente y escritor pero, tras informarme, vi que el contrato era justo (yo no pago. No paguéis nunca nada a terceros, tampoco a un agente, puesto que su trabajo es moverte las novelas y, por tanto, el porcentaje se lo lleva siempre y cuando te la haya movido y te pongan el contrato editorial sobre la mesa) y firmé.
Imaginaos, yo ya me veía publicando al mes siguiente. Tal fue el subidón que ese verano escribí mi segunda novela (y cuando descubrí lo que me encantaba ser un escritor de novela infantil y juvenil) y me veía en racha.
Pues bien, para que veáis lo útil que es un agente, ese octubre, efectivamente, llegó el primer contrato editorial. Ya no la recordaréis, pero era con una editorial que había salido el año anterior y que era bastante potente en su momento (El Andén); sin embargo, el día antes de firmar el contrato que mi agente había peleado (porque para eso, además, están los agentes, velan por tus intereses, que también son los suyos y los contratos firmados a través de agencia suelen ser menos leoninos), ella misma me llamó para que no firmara: se había enterado de que la editorial iba a quebrar.
Me fastidió mucho, para qué vamos a engañarnos, porque, como todos, me había ilusionado sobremanera. Pero también aprendí. El mundo editorial no es más que un mundo empresarial y es algo importante a tener siempre en cuenta. Recordemos: escribir profesionalmente NO es romántico. Publicar NO es romántico. Puede que sea tu sueño, sí. Pero, en realidad, lo que te hace escritor no es publicar sino escribir (lo mejor posible, siempre) y el mundo editorial es un mundo de números, no de pasiones por la literatura. Y es lícito. Y conveniente.
Me desanimé, obvio, pero seguí escribiendo. Porque yo necesito contar y que me cuenten historias y ya había descubierto la puerta de atrás del mundo editorial. Algo que he tenido claro es que no pensaba publicar algo de lo que no estuviera orgulloso tiempo después, así que soy un escritor lento y suelo dejar mucho tiempo de descanso a mis novelas. La prisa creo que es el peor enemigo del escritor, sinceramente. Y que cuando dicen que hay que salir de tu novela, efectivamente, hay que salir. Completamente y hasta los calcetines, vamos.
Con todo esto, al final la primera novela que publiqué fue la cuarta que escribí, la siguiente fue la segunda y aquella novela primera con la que casi estuve a punto de firmar un contrato que habría cedido los derechos de explotación a una editorial que estaba a punto de quebrar, finalmente quedó finalista en un premio y se publicó en el 2013 en digital y en 2015 en papel tanto en España como en Latinoamérica. En 2014 saqué una adaptación literaria de Sentido y sensibilidad para el público juvenil que también quedó finalista de otro premio. Y, después de cuatro años de escritura (porque, sí, esta novela lo merecía y, además, está escrita a cuatro manos y jamás he sido más exigente con un trabajo que haya hecho), acaba de salir a la venta la primera parte de la trilogía La Segunda Revolución con Montena y el año que viene saldrá la siguiente. Gracias a mi agente, por supuesto, porque negocia los contratos en beneficio del escritor y porque busca la editorial que encaja con tu novela. Por eso digo que he tenido suerte: afortunadamente, puedo despreocuparme casi de todo eso, no tengo que ser yo el que vaya a venderse (soy el peor vendedor de mí mismo que existe) y solo tengo que preocuparme por escribir.
Pero recordad: publicar no te cambia la vida ni debe hacerlo, porque lo que realmente te la cambia es escribir. Escribir a secas.
Como en cada entrada, vuelvo a agradecer a los escritores que están participando en la serie por su colaboración. Estamos siempre muy ocupados y es un regalo que cedan parte de su tiempo, de manera desinteresada, para ayudar a otros escritores noveles como yo misma.
¿Te ha gustado este artículo de dudas de escritores noveles sobre publicación? ¿Has publicado ya algo? ¿Qué medios de publicación has utilizado? Si dejas tus consejos en los comentarios serán bienvenidos.
Escritores participantes en esta serie de 4 entradas.
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