A finales del 2016 me creía el rey del mambo. Hacía poco menos de un año que había publicado mi primera novela Entre Turrones, y tenía más de 1000 seguidores en Facebook.
Iluso de mí, pensaba que ya estaba todo hecho. Ana González Duque me abrió los ojos. “La visibilidad online es mucho más que eso ¿Por qué no escribes un blog para lectores? Eso sí que te ayudaría.”, me dijo.
Dudé. No puedo decir que no lo hiciera. ¿Tendría tiempo? ¿Era una buena idea? ¿De dónde sacaría las ideas? No lo sabía, pero me lancé de lleno a la piscina. Y comencé mal, como no podía ser de otra forma. Cometí todos y cada uno de Los 10 errores de todo escritor que se precie tiene que evitar cuando comienza un blog.
Hoy, después de subsanar mis errores, y gracias a MJ, puedo compartir orgulloso cómo escribir un blog para lectores y no morir en el intento.
Un blog para lectores: El título y la temática
Lo primero que se me ocurrió es que como yo hablaba de pueblos, usos y costumbres, podía llamar al blog “pequeñas historias de pueblos” y dedicarme a escribir pequeñas entradas con leyendas, historias y dichos y diretes dignos de mención.
-Pregunta: ¿esto le interesa a alguien?
-Respuesta: pues probablemente no.
En ese momento, a punto de tirar la toalla antes de comenzar, me di cuenta de algo. Para llegar a ser pediatra me había formado (y mucho). Para aprender a escribir mejor asistí a cursos de escritura durante tres años. ¿Por qué no hacer lo mismo en este caso?
Comencé a familiarizarme con conceptos hasta entonces poco conocidos: público objetivo, marketing, visibilidad… ¡Aquello era un mundo! Insistí, le puse empeño (como buen maño, soy cabezón) y descubrí un par de ideas a las que debería haber prestado más atención desde un principio:
Resalta lo que te puede diferenciar del resto
Si quieres vender libros, habla de libros
¿Qué me hace diferente? Ser un médico que escribe. Hay más, eso es verdad, pero tampoco abundan tanto. Fue así como nació La Sala de Espera, mi blog. No podía ser más adecuado.
Un blog para lectores: Contenidos
Con este planteamiento en la cabeza, se me ocurrió que llamando al blog La Sala de Espera, tenía que conseguir que toda la temática fluyera de alguna manera, así que agrupé las temáticas en recetas literarias. En ese momento me pareció original y, aunque en algún momento he pensado cambiar el nombre y las categorías, un año después todavía me sigue gustando.
Al principio las ideas vinieron solas, pero como todo en esta vida, sufrí un pequeño bloqueo que superé gracias a Gabriella Literaria y una de sus entradas. No tengo palabras suficientes de agradecimiento. Gracias a ella conseguí hacer una lista de contenidos de varios meses en una sola tarde.
Un blog para lectores: Redes sociales
Llegó el siguiente caballo de batalla. Mi público objetivo está en Facebook, me consta, por lo que la idea parecía fácil. Bastaba con compartir las entradas en esta red social y dejar que las cosas fluyeran solas.
Al principio sirvió, pero las visitas no tardaron en bajar. ¿Qué estaba pasando? ¿La temible maquinaria de Facebook estaba haciendo todo lo posible por obligarme a pagar publicidad?
Pues no, lo estaba haciendo mal. Una vez más, gracias al curso de MOLPE de Facebook para escritores me di cuenta de todas las cosas que hacía mal. Creo que todavía no he sido capaz de sacarle el 100% de productividad a esta red social, pero estoy en ello… Mi principal secreto: programo todas las publicaciones, y el horario de publicación varía dependiendo de cómo han ido las interacciones la semana previa. Un ejemplo fácil: no se publica a la misma hora un día laborable que uno festivo.
Un blog para lectores: Interactuar
Todavía quedaba más trabajo. Facebook está lleno de grupos para escritores en los que merece la pena estar. Por un lado, para dejarte ver y, por el otro, por todo lo que puedes encontrar que sea de utilidad para tus seguidores. Fotos, blogs de otros escritores, informaciones útiles… Todo sirve. Bueno, todo, salvo hacer spam de “compra mi libro” o “lee mi blog”. Eso no sirve para nada.
En mi caso, participo en varios grupos de Facebook. El que más me gusta es el de El escritor emprendedor.
Mi otro punto flaco siempre ha sido Twitter. Me perdía. Y me sigo perdiendo, pero quiero pensar que cada vez lo hago un poquito mejor (una vez más gracias a los cursos MOLPE). ¿Para qué me sirve? Yo lo utilizo para interactuar con otros escritores. Es divertido, dinámico y está lleno de información. Y aunque mi grueso de entradas al blog sigue procediendo de Facebook, no tengo intención de seguir mejorando en esta red social.
Por cierto, un secreto: hay una herramienta gratuita llamada tweetdeck con la que puedes programar tus publicaciones a lo largo de toda la semana, que es lo que yo hago.
Y para acabar: un Club de Lectura
Y esta es mi última aventura. Un club de lectura on line en Facebook. En él animo a todo el mundo que quiera a leer con un objetivo: el de leer una novela al mes (como mínimo).
La verdad es que le estuve dando vueltas a la idea durante tiempo. No paraba de leer que llevar un club de lectura quita mucho tiempo, pero tengo que decir que, al menos de momento, estoy encantado con el resultado. ¿Invierto tiempo? Sí. Pero lo hago tan a gusto, que no me doy ni cuenta. Supongo, y esto lo decía siempre mi abuela, que sarna con gusto no pica.
De momento, espero seguir rascándome todos los días.
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Gracias por dejarme compartir mis aventuras MJ